MUJERES EN EL MAR

Costureras de la mar en Barbate

Aunque en otros lugares de España es más común que haya rederas en los puertos, en el sur ha costado más ver esta imagen. Sin embargo, ellas han tomado la iniciativa para introducirse en el mundo del mar

aNTONIO VÁZQUEZ

Macarena García

Barbate

Dori, Ana, María o Rosario son los nombres de algunas de las mujeres que ahora se mueven con soltura por el puerto de Barbate. Ellas han visto y vivido cómo el mar ha sido el medio de vida de sus familias desde generaciones atrás. También han visto cómo el acceso de las mujeres a las profesiones relacionadas con el mar les era vetado. Y ahora forman parte de ese grupo que está rompiendo barreras y abriendo a su paso mente y espacios para las generaciones del futuro.

Redera es una de las muchas profesiones relacionadas con el mundo del mar y la pesca que, aún conociendo bien, les ha estado vetada. Al menos como dedicación profesional. «Realmente las mujeres en sus casas y los patios trabajaban las redes de los maridos, pero nunca vinieron a los puertos a trabajar. Es que no estaba bien visto entonces», relatan. Todas coinciden en haber conocido el mundo de las redes en su casa viendo a otras mujeres, pero no solo arreglándolas, sino jugando al aprovechamiento con aquellas que ya no podían utilizarse con cosas tan variadas como cortinas, toldos o estropajos.

Y, ¿por qué ser redera? La respuesta de María es clara y contundente: «porque lo llevo en la sangre». Una frase que habla de tradición, de historia familiar y de amor por lo local. Parte del sentimiento que ha despertado la iniciativa de estas mujeres es el temor de que «se pierda esa idiosincrasia del pueblo marinero. O que se pierda porque no existe un relevo generacional o porque no le den cabida a las mujeres». Un relevo generacional al que ellas no solo se ofrecen, sino con el que además están fuertemente comprometidas. Además, desde la Agrupación de Voluntarios Ambientales Trafalgar organizan cursos y talleres para difundir las actividades del puerto y aportar conocimientos sobre el medio que les rodea y su biodiversidad. El objetivo es llamar la atención de los y las más jóvenes y despertar su interés por el entorno y por estas profesiones tradicionales que son clave para la economía de un municipio que vive mirando al mar como Barbate.

Imagen principal - Rederas en el puerto de Basrbate
Imagen secundaria 1 - Rederas en el puerto de Basrbate
Imagen secundaria 2 - Rederas en el puerto de Basrbate
Rederas en el puerto de Basrbate ANTONIO VÁZQUEZ

Pero para llegar a este punto han tenido que lidiar con muchas cosas en contra, incluyendo con los propios hombres que, aunque sigue habiendo alguna reticencia, ya aceptan con normalidad su presencia en el puerto barbateño. Dori cuenta que hasta en dos ocasiones se apuntó al curso de redera en la Cofradía de Pescadores: «Dos veces que me apunté a ser redera, dos veces que me echaron para atrás porque me decían que para qué. Pero no hace tanto, cuando me apunté en los cursos precisamente para marinero, el de formación básica, me dijeron que para qué, y esta vez sí que no pudieron decir nada, porque tenía ya el compromiso de trabajo, entonces, ¿cómo que para qué? Para trabajar».

Para ello tuvo que romper la norma establecida y sobreponerse a comentarios. «Las mujeres tenían totalmente prohibido lo que hacemos nosotras de movernos por aquí por el puerto», recuerda. Y aunque ella y sus compañeras reconocen que todavía hay algunos hombres, sobre todo a los mayores, a los que les cuesta aceptar esto, la normalidad empieza a ser la tónica dominante.

El valor de estas rederas es que se han introducido a la fuerza con voluntad y firmeza en un mundo que, inicialmente, les cerraba la puerta. Ellas, junto a patronas de barco, marineras, y otras muchas buscan hacerse su hueco y vivir no solo por y para el mar, sino también de él.

Mujeres en el mar

Muy activas en el asociacionismo, pertenecen a AndMuPes, que es la Asociación Andaluza de Mujeres en el sector Pesquero, un entorno que les permite establecer contactos y sinergias e intercambiar experiencias con otras mujeres dedicadas al mundo del mar. Todas coinciden en la importancia de esta unión para seguir creciendo, reivindicando y ganando espacios y relevancia en un sector en el que están en clara minoría. Según un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicado en agosto de 2024, la población total ocupada en pesca y acuicultura en España asciende a unas 34.400 personas, de las que 28.700 son hombres y 5.700 mujeres, lo que representa un 16,57% del total.

Al ser preguntadas por el aumento del número de mujeres dedicadas a estas profesiones, todas reconocen estar viendo una mayor presencia, aunque todavía insuficiente. Pero cada vez va siendo menos raro ver patronas de barco, por ejemplo. La mujer va ocupando sitios en los puertos. Y Dori afirma con contundencia que «las mujeres que se incorporan al mar son más sostenibles».

Dori explica que «la gran diferencia que se está marcando ahora en pesca es que donde hay barcos de mujeres que establecen sinergia, no existe una competitividad, sino un vamos a salir de esta, vamos a venderlo bien». «El enfoque de la mujer que entra en el mar no es la que arrasa, es la que colabora», afirma.

Siguiendo en la línea de la sostenibilidad, aseguran que esta mayor conciencia por proteger el entorno viene porque «al final, es proteger tu medio de vida. Es saber que tú has invertido en un barco y es para siempre si lo cuidas y cuidas la zona. Por eso ellas mismas se enfrentan con los hombres cuando están haciéndolo mal».

La tardía incorporación de las mujeres al mundo del mar les ha permitido entrar con una mentalidad más abierta y con una mayor conciencia medioambiental. «Es como esa mentalidad antigua que nosotros ahora estamos desbaratando», aseguran. ¿Y cómo lo llevan ellos?, es la siguiente pregunta. «Lo llevan bien los que leen, los que ven que las mujeres llevan razón, que con sus formas se van a mantener más tiempo en el oficio de la pesca porque no van a esquilmar», aseguran.

Ellas siguen abriéndose paso en un mundo que siempre han conocido bien pero que hasta no mucho era totalmente hostil. Con las redes, la pesca y el mar las mujeres están rompiendo barreras y estereotipos.

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