astrofísica
Cádiz es de las ciudades de España que más contaminan lumínicamente... y hay que contarlo
Los efectos en la capital gaditana estarán muy presentes en un evento organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto de Astrofísica de Andalucía
«Hay que eliminar este triste honor»: Cádiz es la quinta ciudad de España que más contamina lumínicamente
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Hasta hace poco, la luz artificial se percibía exclusivamente como un símbolo de progreso y bienestar. Sin embargo, en los últimos años se ha empezado a reconocer su otra cara: la contaminación lumínica, un tipo de contaminación ambiental silenciosa pero cada vez más preocupante.
A diferencia de otros contaminantes ampliamente conocidos, como los gases de efecto invernadero o los residuos tóxicos, la luz artificial nocturna se había librado del escrutinio público por sus aparentes beneficios.
Hoy sabemos que su uso excesivo y mal dirigido no solo afecta gravemente a la observación astronómica, sino que también tiene un impacto directo en la salud humana, altera los ritmos biológicos y desestabiliza los ecosistemas. La contaminación lumínica se perfila así como uno de los desafíos ambientales emergentes del siglo XXI.
El astrofísico gaditano Javier Parra lamentaba hace un año en este periódico las consecuencias que ha habido por la contaminación lumínica y las que se pueden sumar si no se pone freno a la situación. Apuntaba lo siguiente: «Cádiz es la quinta ciudad de España que más contamina lumínicamente». Y lo tiene muy claro: «Hay que eliminar este triste honor». San Fernando es el otro municipio gaditano y andaluz que aparece en un top 10 que no invita precisamente a sacar pecho.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio desde 1972, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), coordina un evento de divulgación científica centrado en la contaminación lumínica y su impacto ambiental y social. Y Javier Parra vuelva a escena.
Evento nacional
Bajo el título 'Contar la contaminación lumínica de costa a costa' la iniciativa ofrecerá 21 charlas divulgativas impartidas por profesionales en 19 ciudades españolas, de forma simultánea, con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía sobre esta problemática.
Alicia Pelegrina, Doctora en Ciencias Ambientales, coordinadora de la Oficina de Apoyo a la Actividad Científica Severo Ochoa SO-IAA y responsable de proyectos institucionales de la Oficina de Calidad del Cielo IAA-CSIC, señala que con esta acción se busca transmitir un mensaje claro: «La luz artificial —aunque reconocemos que ha sido uno de los inventos más útiles y decisivos para el desarrollo de nuestra sociedad— también es un agente contaminante, y debemos tratarla como tal, promoviendo un uso responsable y sostenible».
Por su parte, Aureliano Ávila Jiménez, divulgador astronómico, y uno de los coordinadores de esta iniciativa que nace de la colaboración del mundo académico y científico con el de la astronomía amateur, opina que «el cielo es un bien inmaterial que pertenece a toda la ciudadanía y que nos están arrebatando poco a poco». Y añade: «No se trata solo de no poder ver el cielo estrellado, sino de los problemas que conlleva para el medioambiente y la salud. Ahí es donde debemos actuar: concienciando a la población y alzando la voz con este proyecto».
Javier Parra, a través de la SGHN (Sociedad Gaditana de Historia Natural) y junto a la Agrupación Astronómica Magallanes se une a esta iniciativa nacional con la charla de divulgación «¡Qué no te roben la noche! ALAN: La Amenaza Fantasma», que se celebrará en el Zoo Botánico de Jerez, por gentileza del Ayuntamiento, el día 5 de junio a las 20:30 horas (acceso por la calle Tardix).
Al reunir centros de investigación, asociaciones de astrónomos amateurs y otras entidades comprometidas, esta acción medioambiental—que busca acercar la problemática de la contaminación lumínica a la ciudadanía desde una perspectiva científica y accesible— refuerza una red de colaboración orientada a promover soluciones reales y sostenibles frente a esta amenaza ambiental creciente.
«Confiamos en que esta iniciativa pionera haya llegado para quedarse, porque somos conscientes de que la solución a este problema no depende solo de la tecnología o del conocimiento científico —que ya tenemos—, sino de un cambio en nuestra percepción de la luz artificial. Solo así podremos empezar a demandar sistemas de alumbrado mucho más sostenibles», concluye Alicia Pelegrina (IAA-CSIC), coordinadora CSIC de la iniciativa.